Por Antonio Rossi
En medio de los reiterados anuncios oficiales que dan cuenta de las millonarias inversiones que van a venir de la mano de fondos privados y grandes empresas, la administración de Mauricio Macri se topó un duro revés del gobierno de Vladimir Putin y Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia (Vnesheconombanak) que ha dejado en la nebulosa la concreción de la obra de la represa hidroeléctrica Chihuido.
LPO había revelado en exclusiva que el intento de Macri de negociar directamente con Vladimir Putin, una nueva baja de tasas del crédito, luego de haberle sacado al inicio de su gobierno un descuento inicial terminó mal: el presidente ruso se fastidió con su par argentino y ni siquiera las bromas de Macri sobre el próximo mundial de fútbol, lo ablandaron.
La última jugada de Macri para reflotar la negociación fue apostar a una negociación de Alfonso Prat Gay con el viceministro de Economía ruso, durante la pasada reunión anual del FMI y el Banco Mundial en Washington, que al parecer resultó infructuosa.
Macri había conseguido que Putin baje la tasa del crédito del 6,5% al 5,5% y engolosinado volvió a presionar a su par ruso para que vuelva a bajarla al 4,5%. La respuesta fue contundente: La volvieron a subir al valor original.
Fuentes al tanto de las negociaciones confirmaron ahora a LPO que por medio de una nota remitida el 21 de octubre al Ministerio de Hacienda y Finanzas, los directivos del banco estatal ruso desecharon la baja de la tasa de interés del crédito comprometido para la obra que habían reclamado tanto los funcionarios locales, como el propio Macri ante Putin en la cumbre del G-20 realizada en China.
La decisión de Moscú dejó al Gobierno desairado y sin margen para volver sobre sus pasos y ahora la Casa Rosada comenzó a buscar contrarreloj un esquema alternativo de financiación para poder mantener en pie la demorada construcción del complejo hidroeléctrico que se asentará en la provincia de Neuquen.
Ante el fracaso de las negociaciones, Macri decidió involucrar a su ministro del Interior, Rogelio Frigerio, en las negociaciones.
En el nuevo esquema que ensaya la Casa Rosada se busca, por un lado, el inicio de las obras preliminares que demandarían alrededor de 180 millones de dólares con recursos del Presupuesto Nacional. Y por otro lado, la obtención un crédito por el 85% de la obra valuada en 2.600 millones de dólares del Eximbank de China.
La intención del gobierno es negociar con China un “préstamo preferencial de Estado a Estado” similar al que está por cerrarse para las obras de la central hidroeléctrica El Tambolar en la provincia de San Juan.
Para mediados de noviembre, Frigerio y el subsecretario de Relaciones Financieras Internacionales, Martín Soto, tienen previsto viajar a Beijing para ver si logran conseguir un nuevo crédito.
A cambio de una tasa de interés por debajo del 6,5% anual, los funcionarios aceptarían que la empresa Power China pase a formar parte del consorcio adjudicatario de la obra que encabezan las constructoras locales Helport (del grupo Eurnekian) y Panedile.
De esta manera, Power China—que en la licitación de 2014 había presentado la segunda mejor oferta asociada con las constructoras locales CPC de Cristóbal López y Rovella Carranza—podría convertirse en la proveedora de las turbinas y los equipos generadores que se fabricarán en el gigante asiático.
En diciembre pasado, cuando Macri asumió la Presidencia, al proyecto de la central hidroeléctrica Chihuido solo le faltaba cerrar el convenio de financiamiento que había arrimado el Banco de Desarrollo y Comercio Exterior de Rusia.
Tras tenerlo en el freezer durante tres meses, el gobierno macrista resolvió avanzar con el proyecto en abril con un pedido de reducción de la tasa de interés del crédito del 6,5% al 5,5% anual.
Inicialmente y de palabra, los funcionarios rusos habían aceptado negociar esa modificación. Pero en setiembre, Prat-Gay y Macri salieron a redoblar la apuesta con un nuevo planteo para que los rusos recorten la tasa al 4,5%, un costo financiero significativamente bajo comparado con los que están afrontando la Nación y las provincias cuando salen a tomar fondos en los mercados externos.
Molestos por la movida, los funcionarios de Putin resolvieron confirmar las condiciones originales del crédito y mantener la tasa del 6,5%.
El esquema de financiamiento contemplaba un crédito a 20 años de plazo, con 66 meses de gracia, la devolución en pagos semestrales una vez terminada la obra y provisión del equipamiento a cargo de las empresas rusas InterRao y Power Machines.
(Publicado en lapoliticaonline.com.ar)