A contramano del discurso oficial que promete achicar el gasto público, el ministro de Energía y Minería, Juan José Aranguren amplió en los últimos días su staff de funcionarios y asesores con la incorporación de ejecutivos provenientes de empresas privadas del sector y la creación de nuevos cargos que no estaban previstos en el organigrama de la administración pública.
Luego de haber forzado la salida del ex subsecretario de Coordinación Administrativa, Sebastián Scheimberg –un miembro histórico de la Fundación Pensar que integraba el equipo de Energía desde diciembre de 2015 y con quien mantenía una tirante relación—, Aranguren logró colocar en ese cargo clave a un hombre de su confianza.
Por medio del decreto 641, fue designado como nuevo titular del área de Coordinación Administrativa, Marcelo Blanco, ex ejecutivo de la filial del Deutsche y del grupo Pampa Energía que maneja el empresario macrista Marcelo Mindlin.
Desde fines de 2015, Blanco estaba al frente de Nación Fideicomisos y por un pedido especial del ministro decidió saltar de la banca estatal a la cartera energética para cubrirle las espaldas y emprolijarle las cuestiones administrativas.
Casi al mismo tiempo del nombramiento de Blanco, Aranguren procedió a subirle el rango y la remuneración a otro referente de su tropa más afín. Se trata de Juan Manuel Carassale, quien venía desempeñándose como director de Legales y a partir de ahora ostentará el flamante cargo de “Jefe de Gabinete del Ministerio de Energía y Minería”.
El nuevo puesto no existía en la estructura del ministerio y según el decreto 650 para Carassale se crea un “cargo extraescalafonario que tendrá rango y jerarquía de Secretario y cuya competencia será asistir y asesorar al ministra en el desarrollo de sus actividades”.
Otro que también se vio beneficiado con una doble elevación de rango y sueldo es Gabriel Leandro Flores. Hasta ahora venía cumpliendo tareas y cobrando como “Jefe de Gabinete” de la Secretaría de Energía Eléctrica que comanda Alejandro Sruoga.
De ahora en adelante, de acuerdo con lo dispone el decreto 635, Flores pasará a ocupar un nuevo “cargo extraescalafonario con rango y jerarquía de Subsecretario para asistir y asesorar al Secretario en el desarrollo de sus actividades”.
En tanto, para pilotear las próximas licitaciones para explorar y explotar las áreas hidrocarburíferas offshore del Mar Argentino, Aranguren buscó a un gerente privado que ha pasado por varias petroleras.
Se trata de Rodrigo García Berro, quien en los últimos años ocupó distintos cargos ejecutivos en las empresas Medanito, Americas Petrogas y Total Austral.
Una vez que salga su designación oficial, encabezará una dirección especial de offshore que dependerá del subsecretario de Exploración y Producción, Marcos Porteau, quien tiene a su cargo el manejo de la secretaria de Recursos Hidrocarburíferos desde hace casi cinco meses, tras la ruidosa pelea entre el ministro y José Luis Sureda que derivó en la renuncia de éste último al cargo que ocupaba desde el inicio del gobierno de Macri.
Más allá de las incorporaciones y ascensos, el clima que se registra en los pasillos de la cartera energética es de creciente preocupación. Aunque ningún funcionario lo va a admitir publicamente, las versiones que circulan en el ministerio preanuncian la aplicación de un doble ajuste presupuestario y de personal para después de las elecciones legislativas de octubre.
Esa sería la instrucción que los “coordinadores” de la Jefatura de Gabinete, Manuel Quintana y Gustavo Lopetegui bajaron a todos los ministerios para poder cerrar las cuentas con un déficit fiscal que no supere la marca del 4,2% del PBI prevista en la ley de Presupuesto.
Fuente: Transporte y Energía