Por Antonio Rossi
En medio de los cortes, el virtual asueto en el sector público y las restricciones de suministro a las industrias adoptadas contrarreloj para que no colapse el sistema; las autoridades energéticas salieron a difundir una millonaria inversión financiada por China de u$s1.100 millones para mejorar las redes de transporte de eléctrico que alimentan a la región metropolitana.
Más allá de la intención oficial de mostrar al Gobierno activo y decidido a atacar el recurrente problema de los cortes de luz, el anuncio del paquete de obras de infraestructura eléctrica para el AMBA dejó sobre el tapete más dudas que certezas.
Por medio de un parte de prensa, el secretario de Energía, Darío Martínez y el subsecretario de Energía Eléctrica, Federico Basualdo comunicaron la firma de un acuerdo con la empresa China Electric Power Equipment and Technology (CET) destinado a "la conformación del contrato de diseño de ingeniería, suministro y construcción del Proyecto de mejoramiento de la Red Nacional 500 kV Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA I)",
Según información oficial, las obras previstas para reforzar el anillo energético del AMBA y garantizar el abastecimiento implicarán una "inversión estratégica de US$ 1.100 millones que será financiada por el Banco of China Limited y el ICBC y en el marco del acuerdo de cooperación vigente con Argentina".
El proyecto AMBA 1 está conformado por un combo de 11 ítems entre los cuales sobresalen la construcción de la nueva Estación Transformadora (ET) Plomer; la ampliación de la ET existentes en Luján, Mercedes, Zappalorto y Casanova y el tendido de 500 kilómetros de líneas de alta tensión en 500, 220 y 132 kV. La concreción de esas obras permitirá asegurar el abastecimiento en las zonas densamente pobladass del Norte y Oeste del Gran Buenos Aires y limitar los riesgos de salida de servicio de las subestaciones de Ezeiza y General Rodríguez que están funcionando al límite.
El primer punto que llamó la atención del anuncio realizado por los funcionarios energéticos es el marcado incremento del 60% en el valor total de las obras en dólares registrado en un lapso de solo 18 meses.
Los trabajos e inversiones que integran la primera etapa del AMBA I se habían dado a a conocer en junio de 2020 cuando el misionero Sergio Lanziani—el primer secretario de Energía de la administración de Alberto Fernández—lanzó al ruedo el "Master Plan" denominado "Programa Federal Quinquenal de Expansión de Obras de Infraestructura Energética".
Ese plan federal tiene tres ejes centrales que comprenden un conjunto de obras de transporte eléctrico a nivel nacional, el tendido del nuevo gasoducto de Vaca Muerta y la construcción de la IV central nuclear.
En el capítulo específico de las redes de transporte figuran las mismas obras del proyecto AMBA I con valor total de US$ 690 millones en lugar de los US$ 1.100 millones que costarían ahora según lo informado por Martínez y Basualdo.
El segundo aspecto del anuncio oficial que genera ruido es la falta de precisiones sobre el tiempo que demandará la aprobación del financiamiento, las condiciones bancarias y la fecha prevista para el inicio y terminación de las obras que, según los funcionarios, resultan prioritarias y urgentes para resolver los problemas que ocasionan los apagones.
En ese sentido, los antecedentes de acuerdos suscriptos con empresas chinas para proyectos de infraestructura indican que las aprobaciones definitivas suelen demorar varios años por las trabas administrativas y contratiempos legales que se registran entre los funcionarios de ambos países que intervienen en las negociaciones. A eso se agregan las constantes dificultades económicas locales que han llevado a la reprogramación de las obras con créditos chinos que estaban en curso.
El caso más notorio de una obra energética con financiamiento chino que se encuentra demorada es el correspondiente a la central térmica Manuel Belgrano II. Valuada en 1.300 millones de dólares, la usina de 810 MW fue adjudicada en 2014 al grupo chino CNTIC y a la local Electroingeniería y desde 2015 tiene un crédito preacordado. Pese a que ya desembolsaron un anticipo financiero de 103 millones de pesos, las autoridades argentinas siguen sin cerrar los convenios definitivos para el inicio de las obras.
Otro caso que permanece en el limbo es el vinculado con el gasoducto troncal para llevar la mayor producción de gas de Vaca Muerta a la región metropolitana. En mayo de 2021 el Gobierno suscribió un "memorándum de entendimiento" con los grupos Powerchina y Shanghai Electric para estudiar la construcción y financiamiento del nuevo gasoducto. Desde entonces no hubo más novedades y lo último que anunciaron las autoridades energéticas es que la obra se iniciaría con recursos presupuestarios y una parte de la recaudación obtenida del impuesto a la riqueza.
La tercera arista que puso en alerta a las empresas locales de ingeniería y a los fabricantes de cables y equipos eléctricos es la nula referencia que hicieron los funcionarios a la participación que tendrían las firmas nacionales en las obras en juego. Todos los créditos que concede China para obras de infraestructura tienen como condición saliente la adquisición de insumos y equipamientos a las compañías de ese país. A menos que el Gobierno negocie una excepción a esa regla, las empresas locales corren el riesgo de quedar al margen de los contratos más significativos del proyecto eléctrico en juego para la región metropolitana.
Fuente: iProfesional.com