Por Antonio Rossi
La falta de falta de gasoil y la protesta de los transportistas autoconvocados-- que derivó en el hecho trágico de la muerte del camionero Guillermo Jara-- tiene como origen una tormenta perfecta que combina distintos factores que van desde un incremento del consumo estacional no acompañado por una mayor producción y más importaciones hasta compras especulativas y una imprevisión oficial para anticiparse a los hechos y salir al cruce con las medidas operativas que podrían haber evitado el conflicto.
Para el Instituto Argentino de Energía (IAE) General Mosconi, la escasez de gasoil que se veía venir desde los primeros meses del año se asienta, básicamente, en tres motivos: una demanda en niveles máximos históricos; la baja respuesta de la producción local (que se ve reflejada en un menor procesamiento de petróleo y menor obtención de combustibles) y una importación insuficiente de ese producto por parte de las petroleras.
La demanda anual de gasoil en todo el país ronda entre los 14.000 y 15.000 Mm3 con un nivel de importaciones que oscila, según los años, entre el 20% y el 30% del total.
A diferencia de las naftas donde las ventas a lo largo del año se mantienen relativamente estables y sin grandes cambios, el gasoil presenta una curva de demanda anual con picos estacionales de consumos intensivos por parte de los productores agropecuarios y los transportistas de cargas. Esos saltos en los consumos --que coinciden con los ciclos productivos del campo y el traslado de los granos a los puertos-- requiere de una aceitada logística de reposición a las estaciones de servicios que no siempre funciona a la perfección.
De acuerdo con el último informe del IAE, el consumo de gasoil en abril alcanzó a 43,6 Mm3 diarios, un 17% más que en el mismo mes de 2021. En tanto, en los últimos 12 meses, las ventas de gasoil evidenciaron un aumento del 16,2% con respecto a igual período anterior.
En ese mismo mes, la producción local de gasoil se ubicó en 34 Mm3 diarios. Si bien representa un 7,5% más que en abril de 2021, ese nivel de elaboración de las refinerías domésticas quedó casi 10 MM3 por debajo de la demanda diaria de abril.
En lo que respecta a la importación, los datos relevados por IAE muestran que en abril ingresaron 217 Mm3 de gasoil, un 62% más que en el mismo mes de 2021. En los últimos 12 meses, en tanto, las importaciones de gasoil registraron un aumento del 89% con respecto a igual período anterior.
El informe del Mosconi --que conduce el ex secretario de Energía, Jorge Lapeña- puntualizó que "en el último bimestre, el balance indica que la oferta total de gasoil fue de 40,1 Mm3 por día, mientras que la demanda llegó a 41,7 Mm3/día. Ese déficit no fue cubierto por importaciones oportunas para abastecer el mercado, lo cual pone de manifiesto una falla en la programación del abastecimiento de la demanda por parte de los productores y una incapacidad de la Secretaría de Energía para implementar soluciones conducentes a solucionar el problema".
Lapeña destacó que las mayores importaciones de gasoil que dieron en los últimos 12 meses no provinieron de las petroleras, sino de la CAMMESA –la administradora estatal del mercado eléctrico-- para poder mantener en servicio las centrales de generación térmica. Entre abril de este año e igual mes de 2021, el consumo de gas natural de las usinas se redujo un 1,6%, mientras que las adquisiciones de gasoil para ese fin treparon un 131%.
Para el economista del Mosconi, Julián Rojo existe otro elemento que también contribuye a explicar los actuales problemas de abastecimiento de gasoil que afecta a casi todas las provincias. "Por el tipo y la calidad de petróleo que se extrae en el país, desde 2010 se viene registrando un mayor nivel de producción de naftas y una caída en la cantidad de gasoil por cada metro cúbico de crudo que procesan las refinerías locales", apuntó Rojo.
SENSACIÓN DE ESCASEZ
Un dato que llama la atención es que la mayor demanda de gasoil que proviene de los productores agropecuarios se da sin que exista una cosecha récord. Para el ex secretario de Energía, Daniel Montamat, ese hecho “claramente no se relaciona con una mayor actividad rural, sino más que nada por un tema de arbitraje. Hay una diferencia de precio final promedio de US$ 0,50 con Uruguay y Brasil, lo que lleva a los consumidores de estos países a aumentar la demanda de gasoil en las estaciones argentinas de las zonas fronterizas”.
A ese elemento que tira hacia arriba la demanda de gasoil, Montamat le agrega la incidencia derivada de “la sensación de escasez reinante que aumenta el incentivo que tienen los consumidores a anticipar sus provisiones en la medida que tengan capacidad de almacenaje".
Agregó que existe otro problema adicional por el hecho de que el incremento de la demanda no puede ser atendido de otra manera que no sea con suministros externos que a las petroleras les generan pérdidas por la diferencia que se registra entre el precio final de venta y la paridad de importación.
Según sus cálculos “cada litro de gasoil puesto en surtidor al público genera una pérdida de casi US$ 0,60, si se toman los impuestos, y de US$ 0,45 sin impuestos. Por lo tanto, las pérdidas que deberían afrontar las petroleras están entre US$ 880 millones y US$ 1200 millones si se mantiene esa diferencia y se consideran los 2 millones de metros cúbicos de gasoil que, como mínimo, se necesitan importar por año para cubrir la demanda”.
En sintonía con la apreciación de Rojo, Montamat destacó que “otro problema está dado por el tipo de ¨blending¨ que se registra en las cargas de las refinerías. En los últimos dos años, aumentó la participación de crudo tipo Medanito en las cargas del 55% al 60%/ 65% debido al crecimiento de la producción en Vaca Muerta. Esa mayor carga de petróleos livianos está produciendo menores rendimientos de gasoil debido a que su producción requiere de crudos más pesados”.
Por su parte, desde el lado de los estacioneros remarcan otras dos movidas que influyen en la mayor demanda interna de gasoil. La primera tiene que ver con la política comercial desplegada por las petroleras que desde el segundo semestre de 2021 venden el gasoil mayorista entre un 20% y 30% más caro que el precio al público en los surtidores. Eso ha derivado en que tanto camioneros, como productores rurales pasaran a abastecerse directamente en las estaciones de servicio que agotan sus stocks más rápido que antes.
La segunda cuestión está relacionada por la incertidumbre económica y las constantes versiones sobre aumento de las retenciones a las exportaciones de granos y cereales. En vez de retener, como en años anteriores, más tiempo sus cosechas en silobolsas; los productores optaron ahora por adelantar ventas a los exportadores, lo cual implica un mayor movimiento de camiones que, a su vez, demandan más gasoil para llevar las cargas a las terminales portuarias.
Nota Editada en Transporte y Logística