Por Antonio Rossi
Alas apuradas y con un claro tinte electoral; el ministro de Transporte, Diego Giuliano anunció la puesta en marcha de un atípico esquema por el cual los usuarios podrán renunciar voluntariamente a los subsidios vigentes para pasar a pagar las tarifas plenas en los colectivos y trenes.
Según la insólita y sorpresiva medida. que no alcanza a los subtes porteños, los usuarios de los servicios de transporte público del AMBA tendrán la opción de renunciar a los subsidios y comenzar a abonar desde el 27 de octubre los boletos sin ninguna clase de compensación estatal. Para eso deberán registrarse en el sitio oficial del sistema SUBE y completar el formulario de renuncia voluntaria.
Lejos de explicar los fundamentos técnicos y económicos de la medida, el anuncio de Giuliano estuvo enmarcado en la denominada "campaña del miedo" que viene desplegando el oficialismo contra los candidatos opositores, pero con un foco especial en el líder de la Libertad Avanza (LLA) y ganador de las PASO, Javier Milei.
Al justificar la apertura del nuevo régimen de renuncia voluntaria a los subsidios, el ministro destacó que "hay un candidato, el de LLA, que plantea la eliminación de los subsidios al transporte en general. También está Patricia Bullrich, que formó parte de un gobierno que eliminó el Fondo Compensador para las líneas de colectivos del interior. Nosotros somos partícipes de informar, de dejarle claro a la sociedad cómo son las cosas". Según la particular visión de Giuliano "me parece algo de mínima lealtad que quienes están de acuerdo con la política de no subsidios deberían optar por el no subsidio. Quien va a decidir por opciones que eliminan el subsidio al transporte tiene la posibilidad desde el vamos de decidirlo y hacerlo entendiendo el impacto".
Qué va a pasar con las tarifas actuales
El titular de Transporte sostuvo que las tarifas actuales, que fueron congeladas después de las PASO, se mantendrán hasta el 10 de diciembre y prometió que, en caso de ganar Sergio Massa, se implementará "un cambio en la lógica del sistema de subsidios para que vayan directamente a la demanda y no a las empresas de transporte".
El lanzamiento del nuevo mecanismo para que los usuarios manifiesten su decisión de darse de baja de los subsidios tomó por sorpresa a las empresas de colectivos que aún están esperando que el área de Transporte cumpla con lo previsto en la resolución 501/23.
Junto con el congelamiento tarifario hasta la asunción del nuevo Gobierno, esa norma había dispuesto la conformación de "mesas de trabajo" con las cámaras representativas de las líneas de ómnibus y empresas ferroviarias para realizar el seguimiento y la redeterminación de los costos operativos y los cuadros tarifarios de los servicios urbanos y metropolitanos
Con respecto a las tarifas plenas que pasarían a pagar aquellos usuarios que renuncien a los subsidios, Giuliano señaló –sin mayores precisiones, ni fundamentos técnicos—que, en el caso de los colectivos la tarifa mínima ascenderá a $700; mientras que en los trenes, el boleto por viaje trepará a $1.100.
Tarifas plenas infladas
Los datos oficiales sobre los cuadros tarifarios, los niveles subsidios y los costos reales de cada recorrido de las líneas de colectivos del AMBA muestran un panorama que no se ajusta a los números desplegados por el ministro.
Según la resolución 424/23 de la cartera de Transporte -que calculó los gastos y costos operativos de todas las líneas que prestan servicios en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires-, el valor actual del boleto sin subsidios que deberían pagar los usuarios del AMBA sería de $287,52, lo cual representa solo el 41% de la tarifa final estimada por el ministro.
De ese boleto promedio de $287,52, durante el mes de septiembre los usuarios de las líneas metropolitanas abonarán, en promedio, $42,06, equivalente al 14,6% del precio real de cada viaje. El 85,4% restante -$245,46- es lo que puso el Estado en concepto de subsidio tarifario.
De acuerdo con las planillas oficiales, de los 9 grupos en que están divididas las líneas metropolitanas, hay uno solo que tiene una tarifa promedio sin subsidio cercana a los $700. Se trata de las líneas suburbanas que conforman el subgrupo "SGII", cuya tarifa plena sin compensación económica trepa a $722 por viaje. De ese valor, los usuarios abonan solo $117,28, quedando la diferencia a cargo del Estado mediante el pago de subsidios.
En los 8 grupos restantes -que abarcan a las líneas que circulan únicamente en el distrito federal, las que unen el territorio porteño con el Conurbano, las que operan entre dos o más partidos del Gran Buenos Aires y las propias de cada municipio-, la "tarifa media sin subsidio" oscila entre $254,17 y $437,70 y lo que abonan los usuarios se ubica entre el 13% y 40% de esos valores.
Qué pasa con los subsidios al transporte
En cuanto a los subsidios, los datos oficiales indican que en septiembre el Gobierno transfirió una suma total de $62.862 millones, lo cual implica un giro constante para poder mantener los servicios de colectivos del AMBA de casi $2.100 millones diarios.
Por el lado de los trenes --cuyas tarifas mínimas quedaron freezadas en $25,72 en las líneas Roca, Belgrano Norte, Urquiza y Belgrano Sur y $33,28 en servicios de los ferrocarriles Mitre, Sarmiento, San Martín y Tren de la Costa--, los números internos de la operadora estatal SOFSE también evidencian un cuadro de situación que, a priori, no coincidiría con un boleto sin subsidios de $1.100 por cada viaje.
En el caso de los ramales diésel, el boleto promedio para poder cubrir todos los costos operativos y salariales debería ubicarse en un rango que va de $700 a $850. En los servicios eléctricos, las planillas de los técnicos ferroviarios estarían indicando que las tarifas reales sin subsidios tendrían que oscilar entre los $600 y $750 por viaje.
Entre enero y septiembre, la operadora estatal de los trenes metropolitanos recibió por la vía de compensaciones tarifarias un total de $198.579 millones, un 75,3% más que en igual período del año pasado. A ese desembolso se agregó otra partida de subsidios por $66.000 millones más para cubrir los mayores gastos operativos y aumentos de salarios registrados tras la devaluación de mediados de agosto.
Fuente: iProfesinal