Por Antonio Rossi
En silencio y sin aviso previo, el ministerio de Obras Públicas que comanda Gabriel Katopodis aprobó para la compañía estatal AySA un nuevo ajuste tarifario que empezará a correr desde el próximo martes y que implicará aumentos para clientes residenciales que van del 20% al 198%.
Por medio de la resolución 331/23 de la Secretaría de Obras Públicas, la presidenta de AySA y precandidata a intendenta de Tigre, Malena Galmarini, quedó habilitada para comenzar a facturar los nuevos incrementos tarifarios que impactarán en forma plena en los hogares de zonas de “alto valor” y de manera parcial y diferenciada en las viviendas catalogados de “valor medio y bajo”.
A diferencia de los servicios de luz y gas, en los que rige una segmentación y quita de subsidios según los niveles de ingresos de los clientes residenciales, en el caso de AySA los niveles tarifarios se basan en un esquema geográfico y de valuación inmobiliaria que diferencia tres bloques de usuarios que viven en “zonas de valor alto, medio y bajo”.
La zona de alto valor comprende los barrios porteños de Núñez, Belgrano, Palermo, Recoleta, Caballito, Puerto Madero y Retiro. A ellos se suman los barrios privados y countries ubicados en la zona norte del Conurbano. Como hogares de nivel medio quedaron incluidos, entre otros, los que están localizados en Saavedra, Coghlan, Villa Urquiza, Villa Pueyrredón, Villa del Parque, Almagro, Balvanera y San Nicolás. Y dentro de la categoría más baja aparecen los usuarios que habitan en Mataderos, Villa Soldati, Villa Lugano y en la gran mayoría de las localidades del norte, sur y oeste de la provincia de Buenos Aires.
Cálculos
Cada año, la empresa tiene que elaborar su presupuesto de gastos e inversiones y solicitar la actualización del denominado “Coeficiente de Ajuste Tarifario K” que utiliza para facturar y obtener los recursos que le permitan cubrir los costos de operación, mantenimiento y mejora de los servicios de agua potable y saneamiento.
Ante un pedido de más fondos elevado por Galmarini para poder sostener el funcionamiento de la empresa en lo que resta del año, las autoridades de Obras Públicas resolvieron implementar un ajuste de casi 200% que elevó el valor del “Coeficiente K” de 112,9079 a 364,7816.
Junto con esa suba que regirá desde el primer minuto de agosto, la resolución de Obras Públicas introdujo una escala descendente de descuentos que apunta a morigerar parcialmente el alcance de los aumentos para los usuarios residenciales de las zonas de valor medio y bajo.
En barrios y sectores zonificados como de "valor alto", el incremento en las facturas treparía al 198%.
Tras haberse enterado por el Boletín Oficial de la medida que el Gobierno sacó a la calle sin hacer ruido y de manera sorpresiva, las entidades que integran el comité de usuarios del ente regulador de AySA (ERAS) calcularon cómo quedaría conformado desde la próxima semana el nuevo escenario tarifario.
Para los usuarios de los barrios y sectores zonificados como de "valor alto", el incremento en las facturas treparía al 198% si mantienen el mismo nivel de consumo de agua potable que en los meses anteriores.
Por su parte, en los inmuebles que se localizan en áreas de coeficientes zonales bajos tendrán que afrontar un aumento del 20% en las facturas de agosto y setiembre, seguido de otro de 36% en el período octubre y noviembre y uno más de 22% en los meses de diciembre y enero de 2024.
En tanto, para los hogares de las zonas de valor medio el incremento en juego para los meses de agosto y setiembre llegará al 80%, al cual se agregará otro adicional del 33% para el bimestre octubre-noviembre. Esa misma secuencia de aumentos correrá para los comercios e industrias de la Capital Federal y los 26 partidos del Gran Buenos Aires que integran el área de concesión de AySA.
A su vez, quienes poseen el beneficio del Programa de Tarifa Social seguirán pagando los valores actuales, porque contarán con descuentos adicionales que neutralizan las subas establecidas para la mayor parte de la clientela residencial.
Escondidas
Al fundamentar la aprobación de los aumentos, la resolución oficial reconoció que “la actualización de la segmentación tarifaria presentada por AySA tiene el objeto de fortalecer los ingresos de la concesionaria y, a la vez, focalizar los esfuerzos del Estado en la asistencia de los usuarios y usuarias que pueden presentar dificultades para hacer frente al pago pleno de los servicios”.
Por su parte, la titular de Adecua, Sandra González, advirtió que “la aprobación del ajuste tarifario se hizo casi a escondidas y sin tener en cuenta la opinión de los usuarios. Ni las autoridades de la empresa, ni los responsables del ente regulador pusieron a consideración de las asociaciones de consumidores los alcances del nuevo régimen tarifario que debería haber sido tratado en audiencia pública”.
Tras haber estado congelado desde 2019 hasta mediados del año pasado, el coeficiente de ajuste tarifario K de AySA ha venido acumulando una marcada sucesión de aumentos por actualizaciones económicas y quita de subsidios. Tomando en cuenta el nuevo valor fijado a partir de agosto, el incremento registrado desde julio del año pasado llega al 727%.
Un usuario residencial de un barrio porteño de zona media que hace un año había pagado por 25 metros cúbicos de agua $ 750, pasó a abonar este mes, por el mismo nivel de consumo, una boleta de $ 4.100. Con el nuevo aumento, desde agosto tendrá que desembolsar por una factura similar $ 7.400 mensuales, suma que dos meses después se elevará, por la reducción de los descuentos transitorios, a $ 9.300.
Nota Editada en LetraP