15/11/24

Por los aumentos otorgados por Milei, las eléctricas y gasíferas pasaron a embolsar entre el 32% y 42% de las facturas que pagan los usuarios hogareños

Las distribuidoras recuperan sus ingresos específicos casi a los mismos niveles que habían tenido cuando se hicieron cargo en la década de 1990

Por Antonio Rossi




Pese a las quejas que esgrimen por lo bajo ante la decisión del ministro de Economía, Luis Caputo de “aminorar” los ajustes mensuales con el descenso de la inflación; las eléctricas Edenor y Edesur y las distribuidoras de gas privadas van camino a cerrar 2024 casi sin problemas de caja, tras haber pasado a embolsar los porcentajes más elevados de las facturas residenciales de los últimos cinco años.

Tanto las boletas de luz, como las de gas se componen de cuatro ítems que tienen los siguientes destinatarios: los generadores eléctricos y productores gasíferos; las empresas distribuidoras que prestan esos servicios; las operadoras de los gasoductos y de las redes de transmisión eléctrica y los Gobiernos nacionales, provinciales y municipales que se quedan con las cargas impositivas.

Los fuertes aumentos implementados a principios de año por la administración de Javier Milei tanto en los costos fijos –que oscilaron entre 250% y 700%--; como en los cargos variables (que subieron entre 180% y 650%) les permitieron a las distribuidoras eléctricas y gasíferas poder recuperar sus ingresos específicos casi a los mismos niveles que habían tenido cuando se hicieron cargo de los servicios privatizados durante la gestión menemista.

De acuerdo con los datos que expusieron las propias empresas en las audiencias públicas de principios de año, en diciembre de 2023 Edenor recibía, en promedio, el 29% del importe total de las boletas pagadas por los usuarios hogareños. En el caso de Edesur, esa porción que quedaba en sus manos era del 27%.

Con los últimos incrementos tarifarios que entraron en vigencia desde el 1 de noviembre, el porcentaje del denominado “Costo Propio de Distribución” (CPD) que ahora se lleva Edenor –la eléctrica metropolitana manejada por el trío de empresarios locales integrado por José Luis Manzano, Daniel Vila y Mauricio Filiberti--asciende, en promedio, al 42% del total de cada boleta residencial, es decir 13 puntos porcentuales más que hace un año.

Por el lado de Edesur—la otra distribuidora eléctrica del AMBA controlada por el grupo italiano ENEL-- el CPD saltó 11 puntos y representa actualmente el 38% del total de una factura promedio de los tres segmentos de usuarios residenciales.

En lo que respecta al sector gasífero; los números de las distribuidoras Metrogas, Naturgy, Gasnor, Gasnea, Gas Cuyana, Gas del Centro, Camuzzi Pampeana, Camuzzi Sur, Litoral Gas y Redengas muestran que pasaron de convivir con los CPD más bajos de las últimas tres décadas a fines del año pasado a tener ahora nuevos porcentajes de ingresos que están muy cerca de los niveles más elevados que se registraron durante el período de convertibilidad de los 90.

En diciembre de 2023, cuando se produjo el desembarco de Milei en la Casa Rosada, las gasíferas recibían, en promedio, el 17% del importe total de una factura residencial de cliente N1 y el equivalente al 28% en el caso de un usuario de bajos ingresos del segmento N2, que tenía en ese momento un subsidio del orden del 90% y pagaba solo el 10% del precio real del gas.

Actualmente, las distribuidoras que están bajo la órbita de la administración nacional se quedan con el 28% del total facturado a un cliente N1 y con el 37% de la boleta final de un hogar N2, que ahora ha pasado a pagar el equivalente el 32% del valor del gas con un subsidio del 68%.

NUEVA POLITICA TARIFARIA

Con la incorporación de la ejecutiva macrista María Tettamenti al frente de la Secretaría de Energía, el ministro Caputo estableció una política de ajustes tarifarios más acotada y condicionada al doble objetivo de seguir domando los precios y consolidar el sendero descendente de la inflación.

Con ese fin, el timonel de Economía decidió cancelar la audiencia pública que había convocado el extitular de Energía, Eduardo Rodríguez Chirillo para tratar los aumentos y nuevos cuadros tarifarios que iban a tener las transportistas eléctricas a partir de enero.

Para dar de baja las “Revisiones Quinquenales Tarifarias” (RQT) que estaban en marcha, Caputo argumentó que ante “la notoria desaceleración inflacionaria verificada hasta el momento resulta razonable y prudente postergar la realización de la audiencia pública hasta la fecha que oportunamente se determine”.

Junto con esa medida, ordenó calibrar los ajustes de combustibles, luz y gas de noviembre por debajo del 3% en línea con el índice inflacionario que esperaba para octubre y que finalmente se ubicó en el 2,7%.

En el caso de las naftas y el gasoil; Daniel González --el exceo de YPF que Caputo nombró como virtual viceministro de Energía y Minería--logró cerrar un acuerdo con las petroleras para que aplicaran en los surtidores una suba promedio del 2,75%.

En el caso del sector eléctrico, Economía autorizó un aumento final promedio en las boletas residenciales del 2,5%. Para las transportistas Transener Transba, Transnoa, Transnea, Transcomahue, EPEN y Distrocuyo; la actualización mensual alcanzó al 6%. En tanto, para Edenor y Edesur la mejora en el Valor Agregado de Distribución (VAD) fue del 2,5%.

Con los nuevos cuadros tarifarios, los usuarios residenciales N1 pasaron a pagar el 93% del costo real de la energía, manteniendo un subsidio que alcanza solo al 7% del precio de la generación. Por su parte, los hogares N2 continúan recibiendo un subsidio equivalente al 74% de costo de generación que cubre un nivel de consumo de 350 kWh por mes. Por encima de ese cupo bonificado, deben abonar la tarifa más cara de los N1. Para los sectores de clase media encuadrados en el segmento N3, el subsidio vigente cubre el 41% del precio real de la energía eléctrica, siempre y cuando no consuman más de 250 kWh mensuales. Lo que supere ese escalón bonificado, se factura con la tarifa más elevada que tienen los hogares N1.

En el caso del gas, el aumento final promedio que empezó a correr en noviembre para los clientes residenciales es del 2,7% mensual. Como en el servicio eléctrico, los usuarios residenciales de gas N2 y N3 tienen un cupo bonificado que varía según los meses y la ubicación geográfica y por encima de los cuales tienen que pagar la tarifa más cara vigente para los N1.

De acuerdo con el último informe del Observatorio de Tarifas y Subsidios IIEP (UBA-Conicet), la cobertura del precio real del gas a cargo de los usuarios residenciales en la región metropolitana llega ahora al 88% en el caso de hogares N1; al 32% en los N2 y al 40% en los N3.

Fuente: iProfesional