Por Antonio Rossi
En medio de la escalada del dólar blue y el repunte del riesgo país, un informe con el pronóstico del tiempo extendido del Servicio Meteorológico Nacional (SMN) encendió las señales de alerta y preocupación puertas adentro del Gobierno de Javier Milei por los problemas de suministros y cortes de gas que sobrevendrán por las bajas temperaturas y las olas de frío polar que se avizoran para el período invernal.
La situación crítica de abastecimiento -que llevaría al sistema gasífero a tener que operar en un estado de virtual emergencia durante varios días entre principios de junio y las últimas semanas de agosto- ha dejado sobre el tapete dos errores de gestión relevantes que acumula la Secretaría de Energía comandada por Eduardo Rodríguez Chirillo.
El primero es haber demorado y paralizado la instalación y habilitación definitiva de las tres plantas compresoras complementarias del Gasoducto Presidente Néstor Kirchner (GPNK) y las obras de reversión del Gasoducto Norte que tendrían que haber estado finalizadas a mediados de este mes.
Si no se hubieran retrasado las estaciones compresoras de Tratayén, Salliqueló y Mercedes; el GPNK podría estar entregando alrededor de 22 millones de metros cúbicos diarios (MM3D) desde la cuenca neuquina a las zonas de mayor consumo en lugar de los 11 MM3D que moviliza en estos días con su actual capacidad de transporte.
Suministro de gas: la suspensión de las obras públicas complicaron la situación
La interrupción de las obras públicas frenó la terminación de las plantas por la falta de pago de unos u$s50 millones a las constructoras SACDE, Esuco y Contreras. Según los cálculos que manejan los técnicos del sector, reemplazar el volumen adicional del gas local que iba a aportar el funcionamiento de esas compresoras implicará ahora para el Gobierno un gasto extra del orden de los u$s 550 millones por la importación de GNL combustibles líquidos.
En el caso del Gasoducto Norte, la demora en la licitación de las obras de ingeniería y montaje que había dejado pendiente la administración de Alberto Fernández postergó hasta el próximo año la concreción de este proyecto energético clave destinado a suplantar el gas importado que dejará de enviar Bolivia con la mayor producción local no convencional proveniente Vaca Muerta.
Por esta vía se iban a inyectar entre 15 y 19 MM3D de gas desde la cuenca neuquina a las provincias del NOA para poder cubrir los consumos hogareños y las demandas de las industrias y las usinas de generación térmica que atienden el abastecimiento eléctrico de la región.
A menos que el Gobierno negocie contrarreloj la importación de gas de Chile por el gasoducto Norandino o que cierre un acuerdo para que Brasil ceda parte del gas que tiene adquirido a Bolivia a cambio del envío de cargamentos de GNL pagados por Argentina a los puertos que le resulte más conveniente; las provincias norteñas van camino a sufrir un recorte del 25% en la provisión total de gas prevista para los meses de invierno, según un informe elaborado por las cámaras empresariales de la región.
Si no se importa gas, habrá cortes prolongados durante el invierno
Eso implicará que, durante la mayor parte del invierno, las industrias y las estaciones de GNC tengan que afrontar cortes prolongados de suministro para que no se vea afectado el abastecimiento prioritario a los clientes residenciales.
El segundo error de las autoridades energéticas fue haber desechado el retorno del buque regasificador que operó durante varios años en Bahía Blanca para poder contar con otra alternativa de importación de GNL.
Solamente sigue funcionando el regasificador localizado en Escobar que ya tiene asignadas la operación de 20 cargas por barcos de GNL entre junio y agosto. Como eso no será suficiente para pasar el invierno, Rodríguez Chirillo instruyó esta semana a la Cammesa para que salga a comprar de manera urgente 7 cargamentos de gasoil de 50.000 metros cúbicos cada uno y cinco barcos de fueloil por un total de 200.000 toneladas.
Según las cotizaciones del mercado internacional, el precio promedio de esos combustibles líquidos ronda los u$s 22 por millón de BTU (MBTU) contra menos de u$s 10 del GNL que ingresa por barco y el valor medio de u$s4,50 que se paga por el gas de producción local.
Qué pasa con el GNC
La ola de frío polar registrada esta semana disparó la demanda residencial en casi un 100% con respecto a la misma semana del año pasado y obligó a la intervención del Enargas que encabeza Carlos Casares -ex subsecretario de Hidrocarburos y exvocal del organismo durante la gestión macrista- a ordenar los primeros cortes de gas de la administración libertaria a las industrias y estaciones de GNC de todo el país que tienen contratos bajo la modalidad interrumpible.
En el caso del GNC, las más afectadas por los cortes han sido las expendedoras de Tucumán, Santiago del Estero, Catamarca, Salta, Capital Federal y el Gran Buenos Aires.
Por medio de una nota remitida al titular de Energía y a las operadoras gasíferas, el ente regulador reconoció oficialmente que el servicio de gas enfrenta una "situación operativa de alto riesgo de desabastecimiento".
El órgano de control requirió a las distribuidoras y transportadoras de gas que lleven adelante la "identificación y cuantificación de contratos de transporte interrumpibles que puedan ser susceptibles a cortes, a los fines de agilizar la toma de decisiones ante una situación operativa en la que se encuentre en riesgo el normal abastecimiento de gas natural".
Según la nota firmada por Casares, ante el caso de que una distribuidora se declare en "Estado de Pre-Emergencia", las restantes empresas operadoras del servicio deberán "adoptar de inmediato todas las medidas necesarias para asegurar condiciones de operabilidad del sistema y un suministro regular y continuo a los consumidores, lo que incluye el debido aprovisionamiento de gas para respaldar la demanda ininterrumpible".
Fuente: iProfesional