Bridgestone Argentina le pagará a cada uno de sus empleados un bono de más de $ 1,2 millones. Será en concepto de reparto de ganancias, por los resultados que la empresa obtuvo en 2022. De esta forma, la filial de la japonesa, mayor fabricante de cubiertas del mundo, cumplirá por séptimo año consecutivo con este compromiso, incluido en el convenio colectivo de trabajo de su planta de Llavallol.
Esta vez, tendrá dos paradojas. La primera, que, según la empresa, el bono podría haber sido mayor, ya que la productividad del año pasado se vio perjudicada por el conflicto gremial de cinco meses que detonó con la paralización de la producción de neumáticos. La segunda es que lo pagará con su planta otra vez frenada por un nuevo foco sindical.
La ex Firestone estará parada desde este lunes a la noche, como parte de un cronograma de medidas de fuerza que lanzó la semana pasada el Sindicato Único de Trabajadores del Neumático Argentino (Sutna). Ese paro total de actividades comenzará con el ingreso del turno noche del lunes 3, hasta el inicio del turno mañana del martes 4. Continuará desde las 10 de la mañana de ese día hasta el inicio del turno tarde de la misma jornada y se volverá a parar desde el ingreso del turno tarde hasta el inicio del turno noche del miércoles 5. Además, para el martes 4 a las 9 de la mañana, convocó a una concentración frente a los portones de Bridgestone.
La pelea entre Bridgestone y el Sutna por las condiciones térmicas de la planta
El conflicto del año pasado fue por la revisión de la paritaria 2021-2022, que venció el 30 de junio. En la madrugada del 1o de octubre, después de un septiembre que llevó al máximo la tensión, hubo acuerdo: se elevó del 50% al 66% la pauta salarial de ese convenio y, para el corriente, que finalizará el 30 de junio próximo, el Sutna se aseguró un incremento de, por lo menos, 10 puntos por encima de inflación, con ajuste automático por IPC a partir de marzo.
Se pensó que habría paz, al menos, hasta la discusión de la próxima paritaria. Pero, después de un par de escaramuzas que hubo en diciembre, volvió a abrirse el fuego en las últimas semanas, al menos, con Bridgestone.
El sindicato denunció, por un lado, malas condiciones laborales en cuanto a las temperaturas con las que se trabaja en la planta, potenciadas por la ola de calor que hubo este verano. Por otro, acusó a la empresa de haber decidido ocho despidos como represalia por esa denuncia, que derivó en inspecciones por parte del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires.
Bridgestone niega que un hecho tenga vinculación con el otro. De hecho, son dos de las razones que enfrentaron en el inicio de 2023 a la empresa y el sindicato en la mesa de negociación del Ministerio de Trabajo (el miércoles al mediodía habrá una nueva audiencia). La otra es la rediscusión de otro bono que cobran los operarios de Bridgestone, en este caso, por productividad.
En reacción a los ocho despidos y las condiciones térmicas en planta, el Sutna ya realizó un paro el jueves 23 de marzo y lanzó nuevas medidas recién para esta semana porque, entendió, la fábrica ya estuvo lo suficientemente afectada por la inesperada interrupción que, debido al cepo, tuvo por la falta de un insumo clave, nitrógeno, durante el último fin de semana largo. Por eso retomó su cronograma de paros en estos días.
La posición de Bridgestone sobre los despidos y las condiciones de la planta
Según Bridgestone, los despidos fueron por "comportamientos de algunos empleados" que afectaban al conjunto de la organización. "Nuestras políticas de empresa tienen normas explícitas sobre ausentismo y determinados comportamientos que pueden dar lugar a sanciones disciplinarias, de acuerdo con la Ley, nuestro convenio colectivo de trabajo y nuestros procedimientos internos", explicó, a través de un comunicado.
"En este caso, mantuvimos nuestro compromiso con el procedimiento de quejas, utilizando la retroalimentación y dando tiempo suficiente para mejorar", agregó. "Habiendo agotado todos nuestros esfuerzos, y de acuerdo a las facultades que nos otorga la ley, Bridgestone Argentina se vio obligada a aplicar las medidas necesarias y despedir a un grupo de personas recientemente", completó.
En tanto, durante plena ola de calor, el Sutna había denunciado a Bridgestone por elevados niveles de carga térmica en distintos sectores de la planta de Llavallol, por los cuales los operarios deberían poder trabajar sólo 15 minutos y descansar 45 de cada hora trabajada. Una inspección del Ministerio de Trabajo de la Provincia de Buenos Aires corroboró las condiciones en seis sectores de la fábrica.
La empresa señaló que esa inspección se hizo durante ese período de temperaturas "extremadamente calientes". Aclaró que las muestras fueron tomadas en lugares donde hay poca exposición de personas, como prensas AG, túneles de vulcanización y junto a tuberías de vapor, "por lo que no son representativas de la realidad".
"Por razones de seguridad, no existe una exposición prolongada a este calor excesivo", añadió. Explicó que se tomaron medidas durante la ola de calor, como tiempo de descanso adicional, mayor reposición de bebidas (incluidas isotónicas) y cambio de ciertas áreas de trabajo al turno noche. Recordó que la empresa ya había aprobado una inversión de u$s 5 millones en herramientas y equipos para mejorar el sistema de enfriamiento.
Por qué el bono por ganancias podría haber sido mayor
La rediscusión del bono por productividad es el tercer tema por el que Bridgestone y el Sutna se vieron las caras en lo que va de 2023. El convenio colectivo de trabajo de la empresa (636/11) establece dos bonos. Uno es por productividad. El 23 de febrero, hubo una audiencia en el Ministerio de Trabajo, en la que Bridgestone ofreció el pago mensual, durante seis meses, en función de distintos objetivos.
Propuso una gratificación del 10% si se alcanza una producción promedio de cubiertas diarias en depósito de 10.000 unidades en el primer mes; 10.500 en el segundo; y 11.300 en el tercero. A partir del cuarto, regiría una escala ("curva variable") que iría del 11%, en el caso de que fueran 11.625 unidades diarias, a un máximo del 27% (13.125 cubiertas).
Consignó que, en febrero, la producción de la planta de Llavallol promedió las 10.080 unidades.
El sindicato lo rechazó. Argumentó que la base de cálculo -los actuales niveles de productividad- ya son demasiado altos -Bridgestone opera 24x7-, por lo que sería prácticamente imposible superarlos.
El otro bono fijado en el convenio de Bridgestone es el anual, que debe ser el 33% del excedente de la ganancia neta ordinaria libre de impuestos que supere el 6% de la facturación anual de la empresa. En 2022, significó un adicional que rozó el $ 1 millón para cada uno de los operarios. En 2023, la suma a percibir será de $ 1,225 millones.
Sin embargo, el número podría haber sido mayor, ya que, según la empresa, por el conflicto, hubo tramos del año pasado en los que tocó sus mínimos históricos de producción.
"A fines de 2021, incorporamos a más de 350 personas con el objetivo de incrementar significativamente nuestros niveles de producción", informó la empresa. "Sin embargo, en 2022, registramos una disminución en la producción diaria respecto de 2019 (cuando aún no habíamos incorporado los puestos de trabajo), lo que generó que, hoy, nos encontremos por debajo de la capacidad instalada", continúo.
"Esta contracción de las operaciones se ha traducido en la pérdida de neumáticos, de los cuales muchos estaban destinados a la exportación. A pesar de esta situación, Bridgestone es la única empresa de la industria del neumático que cuenta con un bono de participación en las ganancias, el cual se pagará nuevamente este año, pero que se vio fuertemente afectado por los mínimos históricos de producción registrados durante 2022", remarcó.
"Además de esto, hace un tiempo acordamos un bono de producción que, de cumplirse los objetivos propuestos, podría representar un incremento adicional en el salario de cada empleado de la planta de producción", subrayó la empresa, que recordó que invirtió más de u$s 200 millones en los últimos seis años.
Fuente: El Cronista