Mientras el proceso de venta de Edesur parece haberse acelerado con el envío de un par de ofertas al banco Santander que lleva adelante la operación, los dueños de la mayor distribuidora de electricidad de la Argentina debieron nuevamente recurrir a una maniobra financiera, para seguir sosteniendo la calidad de las operaciones de la compañía.
Se trata del grupo italiano Enel, que debió inyectar $9.000 millones a la caja de la operadora que brinda servicios a cerca de 2,5 millones de clientes, llegando a más de dos millones de hogares y abasteciendo a comercios y a grandes empresas. Su área de concesión es de 3.300 km2 y abarca la zona sur de Capital Federal y 12 partidos de la provincia de Buenos Aires.
No es una operación novedosa, ya que Edesur fue asistida financieramente por la casa matriz europea en varias oportunidades anteriores al punto que llegó a girar cerca de $10.000 millones en los últimos años, con el fin de sostener su operatividad y afrontar el cierre presupuestario de cada período.
Para concretar el aporte actual, el holding europeo le recomendó al directorio de Edesur que suscriba una serie de acuerdos de financiación con Enel Argentina S.A. y su subsidiaria Hidroinvest S.A., que son partes relacionadas de la distribuidora en los términos del artículo 72, inc. b) de la Ley N° 26.831 del Mercado de Capitales.
Enel, al rescate de Edesur
Ese inciso entiende que un acto o contrato es por un "monto relevante" cuando el importe del mismo supere el uno por ciento (1%) del patrimonio social medido conforme al último balance aprobado. En ese caso, el directorio o cualquiera de sus miembros requerirá al comité de auditoría un pronunciamiento acerca de si las condiciones de la operación pueden razonablemente considerarse adecuadas a las condiciones normales y habituales del mercado.
El acuerdo del préstamo es por cuatro meses y, según consta en la carta enviada por Edesur a la Comisión Nacional de Valores (CNV), el dinero se transformará en capital de trabajo ordinario.
Es decir, para sostener las operaciones habituales de la distribuidora, mientras los ejecutivos de Enel terminan de definir la operación de venta que debería concretarse durante el transcurso de este año.
Enel y Edesur: venta anunciada
Se trata de una decisión anticipada durante los últimos meses del 2022 y que se basa en la situación financiera que atraviesa la compañía después de una década de congelamientos tarifarios y de enfrentamientos políticos con los sucesivos gobiernos kirchneristas.
Es más, en los últimos 10 años solamente obtuvo ganancias en tres, aunque en el 2022, su resultado fue positivo, pero gracias a un acuerdo con el Gobierno por millonarias deudas cruzadas, ya que ni siquiera los últimos aumentos restringidos otorgados por la Secretaría de Energía de la Nación han servido para mejorar sus cuentas.
La empresa se fue desgastando en un contexto en el que debe aceptar competir en un negocio, donde las ganancias se encuentran reguladas, pero los costos crecen a la misma velocidad que la inflación
De hecho, Edesur es la distribuidora de servicios públicos que mayor dinero perdió en la Argentina, que tiene las tarifas más bajas del país y de Latinoamérica y la que más cortes de luz ha generado en su zona de influencia, como el de principios de febrero que volvió a causar una fuerte disputa con el Gobierno que llegó hasta la amenaza de anular la concesión de la compañía.
Edesur, frente a años de rojos contables
Desde el año 2000, sus estados contables reflejan nada más que tres períodos positivos y otros siete negativos. Con una importante salvedad vinculada al del 2019, cuando informó ganancias por $12.600 millones. Producto de un asiento contable vinculado al intercambio de deudas cruzadas con el Estado nacional para la resolución de los asuntos regulatorios pendientes relacionados con el período 2006-2017.
La distribuidora también sintió los efectos de la recesión y la crisis económica, ya que sus ingresos siguieron cayendo debido a una menor demanda de energía como resultado del contexto macroeconómico adverso.
De hecho, solamente en el 2018 y el 2015 repitió balances positivos, con ganancias por $3087 millones y $1330 millones, respectivamente. El resto de los estados financieros de los años que componen la última década fueron escritos en rojo.
En el 2010 perdió $52,7 millones; en el 2011 otros $461 millones, mientras que en el 2012 su rojo fue de $1.066 millones. Un año después, pasó a pérdidas por $1.160 millones; en el 2014 a $1.358 millones.
Luego del resultado positivo del 2015, en el 2016 volvió a la senda negativa con una pérdida por $276 millones. El 2017 lo cerró también en rojo, con $1.046 millones, para lograr nuevamente un resultado positivo en el 2018, al igual que el balance del 2019 con el ajuste contable explicado más arriba de esta nota.
El cierre de la década, lo da el estado de resultados del 2020, cuando retomó el sendero de complicaciones y cerró el año otra vez en rojo. Es más, casi todos los datos de este período fueron negativos, perdiendo $18.790 millones en comparación del rojo del 2021 que había llegado a los $36.601 millones.
Con este escenario, la empresa debió además financiar costos de obras y mantenimiento que no dejan de aumentar, así como los gastos de materiales, contratos con terceros y las subas salariales pactadas con el gremio del sector.
Pese a las deudas y reclamos por cortes, Edesur sostiene inversiones
De hecho, en los últimos tres años, la compañía lleva invertidos más de u$s450 millones, a pesar de la fuerte caída de sus ingresos frente a la inflación, como en el caso del 2022 cuando se ajustaron un 8%, muy por debajo de la suba del costo de vida, llegando a ser insuficientes para cubrir sus costos fijos.
Tal como lo expresa Claudio Cunha, Country Manager de Enel Argentina, para quien "Argentina necesita previsibilidad de reglas y una normalización estructural y completa de las tarifas de distribución (VAD), para así tener un sistema más robusto y resiliente". Precisamente, un reclamo que no es tenido en cuenta por las autoridades nacionales y que en parte llevó a que en el 2022 la distribuidora también evidenciara cifras negativas, con ingresos que cayeron un 5%, como consecuencia, principalmente, del atraso tarifario en relación con la inflación interanual, mientras que las ventas de energía, en términos físicos, presentaron una mejora del orden del 5%.
En el caso del resultado extraordinario del ejercicio, dio positivo pero debido al acuerdo que el 29 de diciembre, Edesur firmó con el Gobierno para recomponer las deudas cruzadas en el contexto del artículo 87 de la Ley 27.591.
Ese convenio le permitió a la empresa reconocer ingresos extraordinarios y por única vez de aproximadamente $52.000 millones cuyos efectos impactaron en los resultados de la sociedad.
Por ejemplo, con el reconocimiento de ingresos operativos por $38.979,9 millones, de los cuales, $43.445,3 millones están expuestos en la línea "Otros ingresos operativos netos" y $4.465,4 millones, como menores o "Ingresos por servicios".
También en el recupero de "Costos financieros" por $13.728,1 millones, y su correspondiente impacto en la línea "Impuesto a las Ganancias".
De este modo, el EBITDA ordinario acumula una pérdida de $19.273 millones, producto de que los costos (principalmente salarios) se han incrementado al ritmo de la inflación, mientras que los ingresos no han tenido el mismo comportamiento con solo un 8% de aumento en las tarifas.
Del mismo modo, el resultado operativo (EBIT) se vio afectado por los indicadores previos, mientras que el resultado del ejercicio refleja una ganancia de $36.238 millones que son reflejo del efecto extraordinario y puntual del acuerdo mencionado anteriormente. Sin estos efectos, el resultado "ordinario" de la compañía, hubiera sido de $1.978 millones. Además, dicho resultado incluye una ganancia contable de $104.604 millones sin impacto en la caja, producido por el ajuste por inflación que se origina por actualización de las partidas monetarias del balance.
Fuente: iProfesional