Alberto Fernández realizará este domingo su primer vuelo transoceánico en el nuevo avión presidencial. Junto a una reducida comitiva, viajará a Bruselas para participar, entre lunes y martes, de la cumbre entre la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y la Unión Europea. El Presidente había estrenado el ARG-01, el mes pasado, cuando viajó a Brasil para reunirse con Luiz Inácio Lula da Silva y luego lo volvió a utilizar para viajar a San Juan. La tripulación de la aeronave estará a cargo de los tres únicos pilotos disponibles para el Boeing 757.
Tras la salida del jefe de la flota presidencial, la Casa Rosada tuvo que salir a buscar un piloto de emergencia y ahora puso en marcha un plan para reclutar pilotos de Aerolíneas Argentinas y de la Fuerza Aérea, pudo saber Infobae de fuentes oficiales.
El staff de pilotos de Presidencia quedó diezmado tras la renuncia del ex Director General de Logística, Leonardo Barone, que tuvo que dar un portazo cuando el diario La Nación reveló que tenía un procesamiento firme en Comodoro Py por una vieja causa, previo a su ingreso a la función pública. Su jefe directo, el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello, se enteró unas horas antes de esa publicación y puso el grito en el cielo.
El procesamiento no fue el único motivo de esa renuncia. Barone ya había sido cuestionado públicamente por una riesgosa maniobra en Aeroparque justo el día de la llegada del avión presidencial al país. Ocurrió el 25 de mayo, mientras Cristina Kirchner encabezaba un acto en la 9 de julio. Se eligió justamente ese día y horario para que la llegada del avión pase desapercibida. Pero ocurrió todo lo contrario.
El video del aterrizaje del ARG-01 en Aeroparque se viralizó en pocos minutos y hubo cuestionamientos internos. De hecho, la ANAC abrió un sumario pero solo contra el jefe de la flota. En su defensa, Barone acaba de responsabilizar por esa maniobra a Juan Pablo Pinto, otro de los pilotos oficiales. “Del extracto del plan de vuelo que seguidamente copio, surge claramente que el comandante es el Sr. Juan Pablo Pinto. Más incluso. El suscripto ni siquiera se encontraba al mando de los controles de la aeronave, que estuvieron en todo el vuelo a cargo del comandante. Solamente asistí en las comunicaciones, en su función de copiloto”, contestó el ex Director de Logística.
No es todo. Argumentó que la ANAC no tiene facultades para sancionarlo y descartó que la maniobra haya sido negligente. Es más, dijo que es una maniobra habitual para “agasajar” a un avión nuevo. “Llama la atención la malicia de la denuncia, en tanto como jefe de aeródromo sabe que este tipo de maniobras −pasada de demostración sobre el eje de la pista− es una maniobra de práctica cuando se retira o se incorpora una aeronave de servicio, o un comandante, o cuando se recibe una aeronave nueva, como en este caso, y en múltiples otras situaciones, no solo en el país sino en el mundo entero”, dice su presentación.
Por último, pidió que declaren como testigos Florencia Gastaldi, Directora de la Agrupación Aérea, Fabio Lamas, Director de Planificación y Mantenimiento, y hasta el Secretario General de la Asociación Pilotos de Líneas Aéreas (APLA), Pablo Biró, entre otros.
Pinto se sumó al staff de Presidencia en 2021 de la mano de Barone, quien ahora lo acusa de haberlo traicionado. La jugada habría comenzado el 19 de junio, un día después de la filtración del procesamiento de Barone. Ese mismo día, aunque el ex jefe de Logística todavía no había presentado su renuncia formal ante Vitobello, Pinto decidió llevar el avión presidencial hasta Paraná (Entre Ríos), para “habilitar” a Fabián Chionetti como piloto del 757.
Chionetti no es un piloto más. De hecho es el jefe de inspectores de la ANAC y fue quien habilitó a los pilotos del staff oficial para volar el ARG-01. Su desembarco, al menos provisorio, fue promocionado por la titular de la ANAC, Paola Tamburelli, quien, a su vez, estaba enfrentada con Barone.
En el mercado aeronáutico aseguran que Chionetti es un piloto experimentado, aunque admiten que hace tiempo no volaba. En la Casa Rosada aseguran que está habilitado para volar el 757 porque “hizo el simulador de París”, el mismo en el que se entrenaron Pinto y Barone.
Según su legajo, Chionetti fue piloto de Tango Sur y de Andes Líneas Aéreas, y asegura tener 11.300 horas de vuelo. Antes había sido el máximo responsable de las operaciones de LAPA. Tuvo que dar un paso al costado luego de la tragedia de 1999. De hecho, estuvo procesado en esa causa aunque terminó absuelto, en 2010, por el voto de dos jueces del Tribunal Oral Federal 4. Solo la jueza María Cristina Sanmartino pidió que lo condenen a cuatro años de prisión.
Cuando llegó a la ANAC, en 2019, los familiares de las víctimas de la tragedia cuestionaron su designación. En el organismo que regula la aviación admiten que hace tiempo no volaba el 757 pero destacan su experiencia como piloto. “Se sumó al staff de manera provisoria, está en comisión”, aseguraron en la Casa Rosada. El propio Chionetti admitió por estas horas que “está de paso”.
La renuncia de Barone desató una caza de brujas entre los pilotos oficiales. Pinto tiene temor que el incidente del 25 de mayo pueda escalar en su contra. “Si esto se pone feo me pueden sacar la matrícula”, habría reconocido en la intimidad.
A eso se suma otro incidente ocurrido menor diez días atrás, cuando el jefe de Estado regresó de la cumbre de Presidentes del Mercosur que tuvo lugar en Iguazú. Durante el aterrizaje en Aeroparque, el ARG-02 (ex Tango 04) realizó una maniobra brusca. Varios miembros de la comitiva se asustaron y hasta Alberto Fernández pidió explicaciones. Pinto contestó que el incidente fue producto de las condiciones climáticas.
En el vuelo de este domingo a Bruselas, la tripulación estará compuesta por los únicos tres pilotos habilitados para el 757. “Estamos con lo justo. Si alguno se enferma tenemos que contratar un piloto extranjero”, admitió una fuente que coordina los viajes oficiales. Por ese motivo, en la Casa Rosada pusieron en marcha un plan para reclutar al menos cuatro pilotos más.
En principio, se firmará un convenio con Aerolíneas Argentinas para sumar dos pilotos para el 737 y otros dos de la Fuerza Aérea para el Boeing 757. En este último caso, deberán atravesar un curso especial, teórico y práctico, que lleva al menos un mes.
Pero en aviación los tiempos no van de la mano de las urgencias políticas. De hecho, la llegada del avión presidencial desde Estados Unidos se demoró varios meses. A eso se suma que se trata de un gobierno en retirada. En el mejor de los escenarios, recién a fines de agosto, el staff de pilotos estará completo.
Fuente: InfoBae