Rusia suspendió las exportaciones de gasoil por tiempo indefinido, justo en momentos en que los inventarios del combustible se encuentran en niveles bajos en algunos de los principales mercados del mundo. La prohibición podría afectar particularmente al Brasil, que incrementó sustancialmente sus compras de gasoil ruso en el último tiempo. Este año llegaron a representar hasta el 70 por ciento de las comparas totales del combustible en el exterior.
El gobierno ruso notificó el jueves que las exportaciones de gasoil quedaron temporalmente suspendidas hasta normalizar el abastecimiento interno. «Las restricciones temporales ayudarán a saturar el mercado de combustibles, lo que a su vez reducirá los precios para los consumidores», dijo el gobierno mediante un comunicado. La prohibición no alcanza al combustible que suministra mediante acuerdos especiales a Bielorrusia, Kazajistán, Armenia y Kirguistán.
La duración de la medida es indefinida. «Esperamos que el mercado sienta el efecto lo suficientemente rápido. Pero luego dependerá de la saturación del mercado y de los resultados», dijo el primer viceministro ruso de Energía, Pavel Sorokin. Los precios spot de las naftas y el gasoil alcanzaron niveles récord este verano en Rusia, empujando la inflación.
Antes de suspenderlas, Rusia ya había reducido en un 30% las exportaciones de gasoil en los primeros 20 días de septiembre contra los mismo días de agosto: exportó 1,7 millones de toneladas en septiembre. El año pasado el país exportó unas 35 millones de toneladas de gasoil.
La novedad representa una fuerte señal al alza para los márgenes de las refinadoras. S&P Global estimó que el spread pasará de 30 a 40 dólares por barril de gasoil. «Habrá un efecto en los precios del combustible, porque el mercado reacciona. El precio del gasoil en Europa ya ha subido un 4,5% respecto al cierre de ayer. Nuestra estimación es que el crack spread del diésel aumentará en alrededor de 10 dólares por barril«, dijo en una nota Felipe Pérez, estratega de mercados de petróleo en las Américas de S&P Global.
Golpe al Brasil
La suspensión puede golpear con fuerza al Brasil: las importaciones desde Rusia crecieron con fuerza este año, a caballo de los precios con importantes descuentos producto de las sanciones y la pérdida del mercado europeo.
En lo que va del 2023 el 35,8% de las importaciones de gasoil en Brasil provinieron de Rusia. Comenzaron en febrero y fueron escalando hasta alcanzar el 70% de las importaciones de agosto. Rusia ya había superado en abril a Estados Unidos como el principal origen del gasoil importado en el país vecino.
El Golfo de México es tradicionalmente la región de origen del gasoil importado por Brasil. Pero esa oferta fue desplazada por los cargamentos rusos, vendidos en el mercado con descuentos. Brasil importa entre el 20% y el 30% de todo el gasoil que consume.
El analista de S&P evaluó que el impacto para el Brasil dependerá de cuánto tiempo dure la suspensión. «El gran problema, desde el inicio de este movimiento de compra de diésel ruso por parte de países como Brasil, es la confianza. En la primera crisis interna, Rusia prohíbe las exportaciones. Queda por ver si los envíos que ya están contratados seguirán su rumbo o darán la vuelta», dijo Pérez.
Si las restricciones afectan los cargamentos encargados y cortan el flujo de combustible al país, los importadores brasileños tendrán que recurrir a los proveedores del Golfo de México. «Ese regreso (al Golfo de México) tendrá un precio y eso pondrá en jaque la competitividad de los importadores brasileños», explicó.
Para Brasil garantizar el abastecimiento de combustibles es un tema de primer orden político y económico. El propio ex presidente Jair Bolsonaro empujó la decisión de importar combustibles desde Rusia tras la invasión en Ucrania. «Tenemos (garantizada) la seguridad alimentaria y la seguridad energética, hay chances de que compremos gasoil de allá (Rusia) que está a un precio más conveniente», dijo Bolsonaro el año pasado.
Menos stocks en el mundo
La suspensión de las exportaciones rusas ocurre en un momento en el que los inventarios de destilados medios en algunas de las plazas más importantes del mundo se encuentran en niveles atípicamente bajos para este momento del año, previo al invierno en el hemisferio norte.
Frente al promedio de inventarios de fuel oil registrado en los meses de agosto de la última década, Estados Unidos registró un 16% menos de inventarios (23 millones de barriles menos), Europa un 8% menos (35 millones de barriles menos) y Singapur un 31% menos (3 millones de barriles menos). Los stocks de destilados medios en estas plazas se han ido alejando progresivamente desde marzo y abril del promedio de los últimos diez años, según datos de Reuters.
El verano europeo contribuyó con este escenario al forzar a las refinerías a reducir o detener su producción de destilados por las altas temperaturas. Las refinerías en EE.UU. vienen operando consistentemente por encima del 90% de la capacidad instalada, aunque los refinadores focalizaron más en la producción de jet fuel y naftas para atender a una demanda interna que se mantiene estable.
Por otro lado, los recortes de producción de crudo de la OPEP+ influyen sobre las expectativas de oferta del combustible. Arabia Saudita y Rusia apretaron aún más la oferta global de crudo, al decidir este mes extender hasta fin de año sus recortes voluntarios, por fuera del esquema OPEP+. El crudo pesado de los productores del Medio Oriente es particularmente buscado por ser más provechoso para la obtención de destilados medios.
Frente a una demanda global que se percibe estable para lo que resta del año, el deterioro de la ofertade crudo y de destilados empuja los precios. El Brent y el WTI volvieron a la zona de los US$ 90 por barril. El barril de gasoil tocó los US$ 140 en EE.UU. en la última semana.
En lo estructural se advierte a nivel global una falta de capacidad ociosa de refinación. La Agencia Internacional de la Energía (IEA) estima que existe capacidad para refinar alrededor de 100 millones de barriles por día, pero alrededor del 20% de esa capacidad no es utilizable. Muchas de las refinerías menos competitivas cerraron en pandemia y no volvieron a abrir.
Fuente: EconoJournal