Los empresarios del biocombustible siguen en alerta tras conocerse el borrador con las modificaciones sobre el sector que pretendía mejorar las condiciones para las pymes productoras de biocombustibles que durante casi dos décadas han logrado un desarrollo en la zona núcleo del país.
El temor que despertó el borrador sobre las modificaciones que se conoció este lunes es que las imprecisiones que tiene el nuevo articulado deja abierta la posibilidad para que las agroexportadoras terminen siendo favorecidas para las licitaciones periódicas que el mismo proyecto prevé.
En rigor, los empresarios pymes del biocombustible reconocen muchas mejoras al proyecto original que prácticamente hacía desaparecer la industria. Por ejemplo, se prohíbe la importación por los próximos 18 años y que las petroleras no puedan meterse en el negocio hasta que no se concrete el corte obligatorio de biocombustibles del 15%.
Para el 2024, en biodiesel se fijó un corte del 10%, para el 2025 del 11% y al año siguiente del 12,5%. En el caso del bioetanol, con el que se mezcla las naftas, el corte obligatorio es del 12% y la autoridad de aplicación puede determinar un aumento hasta el 15% y a partir de los tres años de entrada en vigencia de la ley, llevarlo al 27%.
Los cupos son muy propicios para la industria del biodiesel si no fuera por las ambigüedades que presenta el nuevo escrito que le otorga demasiada discrecionalidad a la autoridad de aplicación y muy pocas certidumbres a las pequeñas y medianas fábricas porque no aclara qué porcentaje de ese corte se le reserva y queda flotando el riesgo de tener que competir con las agroexportadoras que quedan habilitadas.
En ese sentido, se estipula un sistema de licitaciones periódicas "transparentes, de acceso público, de acuerdo a las condiciones que se definen para cada biocombustible", indica el borrador y define los requisitos para biodiesel y bioetanol.
"Nosotros queremos competir, pero en igualdad de condiciones", aclaró Juan Facciano, presidente de la Cámara Santafesina de Energías Renovables que habló con LPO. Para el empresario, hay una redacción confusa que puede permitir que las grandes agroexportadoras sean las grandes beneficiadas para el mercado interno. Justamente, se denominan industrias integradas porque abarcan toda la línea de producción.
Sucede que las pymes que fabrican biodiesel dependen del aceite de soja que es la materia prima principal les compran a las cerealeras. Por ende, se les hace imposible competir contra Cargill o Dreyfus que son las que producen el combustible ecológico y que con el antiguo régimen lo destinaban a la exportación y para completar el cupo necesario del mercado interno cuando las pymes ya habían vendido la totalidad de su capacidad productiva.
Además, explicó Facciano, deja abierta la posibilidad para que, en tres años, la autoridad de aplicación defina un aumento del corte al 15% y con eso, permitirles a las petroleras meterse en el negocio.
Por otro lado, en cuanto al precio de adjudicación, el proyecto estipula un tope de valor de importación. Esto significa que ninguna empresa podrá ofrecer al mercado interno un precio que supere el valor de importación generando un panorama de incertidumbre. Por ejemplo, si Brasil decide subsidiar la producción de biocombustibles, tirará el precio abajo afectando a la industria nacional pyme.
A su vez, por las imprecisiones que tiene el borrador, se sugiere que, según el flujo exportador de las grandes cerealeras, se le abrirá la canilla al mercado interno. Esto significa que si las exportaciones de biocombusibles caen, se les garantizará una mayor participación en el mercado local.
"La variable pasan a ser las pymes porque dependemos del mercado internacional cuando nosotros no podemos exportar una tonelada, pero corremos el riesgo de que las grandes industrias que sí pueden exportar, achiquen los peligros con el mercado interno", dijeron desde la Cámara de biocombustibles.
En consecuencia, el ministro de Producción de Pullaro, Gustavo Puccini, viajó este lunes al Congreso Nacional para interiorizarse sobre este tema y con el mandato expreso del gobernador de pedirles a todos los diputados de Santa Fe que no avalen el aumento de las retenciones ni el proyecto de biodiesel hasta que no queden saldadas las dudas.
En ese sentido, Pullaro expresó que "me duele que un gobierno en el cual yo tenía expectativas de que iba a centrarse en los gastos superfluos para corregir el déficit fiscal; y que se iba a ocupar de la desigualdad en el reparto de los recursos y subsidios en tarifas, por ejemplo, quiera gravar a la industria que genera trabajo en mi provincia".
Si dos o tres puntos de déficit de la economía nacional están concentrados en el Amba, ¿por qué se quiere corregir ese déficit con la producción; por qué pretenden gravar a la industria que genera trabajo en nuestra provincia?", se preguntó el gobernador santafesino que lleva una cruzada contra las retenciones a los derivados de la soja, al maíz y el trigo que impacta profundamente en su provincia.
Para ello, coordinó con los gobernadores de Córdoba y de Tucumán para hacerse escuchar en tema biodiesel y sumado a los gobernadores de la provincia de Buenos Aires y Entre Ríos, pedir por la baja de retenciones al agro.
Fuente: LPO