22/02/24

Otro desafío gremial a Milei: pararon los ferroviarios y el Gobierno los acusó de dejar a un millón de personas a pie

Tras la medida de fuerza de enero de la CGT, ahora paró el gremio de los maquinistas de trenes. La Rosada evalúa medidas "para que esto no quede sin consecuencias"



El primer paro ferroviario contra el gobierno de Javier Milei tuvo un alto acatamiento y, según el Gobierno, afectó a un millón de usuarios que tuvieron que agolparse en las paradas del colectivos del AMBA y las estaciones de subte para poder movilizarse. La disputa política entre el gremio de los maquinistas, que encabezó la protesta por el fracaso de la discusión paritaria sectorial, y el Ejecutivo fue in crescendo: el vocero presidencial Manuel Adorni advirtió que se evalúan "las medidas pertinentes para que esto no quede sin consecuencia".

Fue el segundo desafío de envergadura del sindicalismo contra el Gobierno tras el paro general convocado por la CGT el 24 de enero pasado. Pero la protesta que este martes convocó La Fraternidad resultó contundente: el servicio ferroviario estuvo paralizado, excepto los ramales de larga distancia a Tucumán o Mar del Plata, que dependen de una seccional "disidente" a la conducción que ejerce Omar Maturano.

Si bien desde la Asociación Argentina de Empresarios del Transporte Automotor (AAETA) reforzaron las frecuencias de las líneas que enlazan Capital con el GBA, hubo largas filas en las paradas de colectivos. En otra jornada agobiante, hubo incomodidad de pasajeros que tuvieron que viajar "amontonados". Durante la mañana Mirtha, que utilizó la línea 114, comentó apurada: "Mirá la cantidad de gente que hay. Espero que cuando vuelva no sea igual". Y agregó: "Para aquellos que usan el tren para ir hasta Retiro, el paro fue una verdadera molestia".

"La Fraternidad, de fraternos claramente no tienen absolutamente nada, habiendo dejado a un millón de personas a pie, haciéndole perder a muchos de ellos la plata que ganan día a día para poder alimentar a sus familias", apuntó Adorni en su conferencia de prensa matutina.

Maturano, a su turno, disparó que "no voy a contestarle a un vocero presidencial que culpa al gobierno anterior por los mosquitos" aunque consideró que el funcionario "está orinando fuera del tarro". Destacó el alcance de la medida de fuerza y se mostró extrañado en por qué la Secretaría de Trabajo no convocó a una conciliación obligatoria.

Si bien durante la jornada hubo una estratagema del oficialismo consistente en "dejar expuesto" a un gremio que llamó "a un paro que no le sirve a la gente que necesita llegar a laburar" -según una fuente del área de comunicación consultada-, también en la Secretaría de Trabajo explicaron que no quisieron llamar a la conciliación ante el riesgo de quedarse sin la "bala de plata" si el sindicato decidiera llamar a una nueva protesta en marzo o en la víspera a Santa Santa, con un mayor nivel de impacto. Es que la medida tiene una duración de 10 días con la posibilidad de extenderla 5 más.

Negociación empantanada

Este martes hubo una nueva audiencia en la Secretaría de Trabajo, en Alem 650, pero ante la falta de acuerdo entre las partes pasó a un cuarto intermedio hasta el martes 27, a las 11.30.

El Ejecutivo, que administra las distintas líneas férreas, ofreció un aumento salarial del 12% que es rechazado por los gremios del sector. "Tenemos que estudiar cuál es la propuesta del Gobierno el martes y después analizar los pasos a seguir", añadió el jefe de los maquinistas que, alertó, que con la inacción oficial "no se hizo nada para preservar la paz social".

Adorni, en tanto, consideró que "no correspondía" dictar la conciliación obligatoria porque "la discusión paritaria estaba abierta" y luego lanzó una elíptica amenaza al sindicato con la posible aplicación de "medidas". En Casa Rosada no quisieron dar detalles de las mismas aunque deslizaron "que todo lo que permita la ley se aplicará" y no descartaron las multas que suele dictar Trabajo cuando no se respeta la vigencia de la conciliación. En la cartera laboral, con todo, descartaron que puedan adoptarse sanciones contra el gremio y que están abocados "a encontrar una pronta solución" al conflicto.

Empero, en el Gobierno entienden que este tipo de conflictos expone una suerte de "divisoria de aguas" entre la casta y la "gente de bien". A su manera, el vocero presidencial indicó que "hay dos caminos" posibles: "el de la libertad y de una Argentina distinta, del trabajo y del mérito, o esto que estamos viendo hoy" en referencia a una medida de fuerza adoptada por sindicalistas peronistas "que lo único que hace es complicarle la vida al resto porque no entienden que no están en el poder y que la gente eligió otra cosa".

Desde el sector gremial rechazan estas acusaciones y acusan al Gobierno de intentar confrontar con el movimiento obrero organizado en medio de un inusual proceso inflacionario que viene licuando los ingresos en los últimos meses.

Fuente: Clarín