"Nada será igual a lo que pasaba antes del 16 de abril", explican los empresarios ligados a la cadena industrial del petróleo. Ese día la empresa estatal YPF comenzó el apagón en las 14 áreas de las que busca deshacerse. Desmontaron equipos, licenciaron al personal y se comprometieron a pagar el 100% de los sueldos por un tiempo como período de transición. Sin embargo, la incertidumbre crece porque no hubo novedades del traspaso y tampoco del dinero. A poco tiempo de que venza el plazo autoimpuesto por YPF para vender las áreas maduras que no le son rentables, no hay información oficial sobre quiénes se harían cargo y las condiciones. Pero el panorama no es alentador. La dimensión de las áreas, el enorme costo de mantenimiento y la inversión que requieren para producir y estirar la vida útil complejizan el panorama, sobre todo en las áreas de Mendoza Norte, que incluye los gigantes Barrancas, La Ventana y Vizcacheras.
YPF decidió abandonar las áreas petroleras maduras que le generan altos costos y baja rentabilidad. Su intención es concentrar todas las inversiones en Vaca Muerta, que le otorga un retorno diferente. Mendoza quedó en una situación compleja porque la mayoría de las áreas son maduras, tienen decline de producción desde hace años y requieren altos costos de mantenimiento, para el saneamiento y la producción. En el Gobierno tienen un enfoque parecido porque, con datos en la mano, entienden que YPF abandonó la zona desde hace años porque no hubo inversión en exploración u optimización.
Alfredo Cornejo está de acuerdo con la retirada de YPF para que haya otras empresas que inviertan y hagan rentable ese negocio. El problema es la escala, pues se complica para una PYME mantener la estructura de áreas que tienen más de 2.000 pozos, la mayoría en proceso de abandono y con una infraestructura gigante. La ecuación entre los costos (que aumentaron un 40%), la caída en la producción (que ronda un 30%), el costo ambiental y la inversión necesaria es compleja.
Aún a pesar del acompañamiento, en la industria y en el Gobierno aseguran que "no dejarán ir" a YPF sin tener garantías económicas, ambientales y sociales. Hay contratos vigentes y aseguran que los harán cumplir. "No se va a recibir nada sin el cumplimiento de los contratos. Se va a evaluar la solidez y el respaldo de quienes adquieran las áreas"; repiten en el Gobierno. En el medio habrá otras negociaciones, pues las concesiones tienen plazo corto de vencimiento y podría haber pedidos de extensión.
En la última década la inversión en las áreas de la Cuenca Cuyana (Mendoza Norte) estuvo enfocada en el cierre de pozos y el saneamiento de los pasivos ambientales. En las áreas del Norte no hay perforadoras desde antes de la pandemia. "Un área que no tiene perforadores es un área que no tiene futuro. YPF viene desinvirtiendo desde hace tiempo. Luego de la pandemia utilizó todos los equipos para el abandono de pozos, no para producir. Esa ya era una señal", repiten en la industria.
Fuente: mdz