El viernes pasado, el Operador Nacional de Electricidad CENACE de Ecuador anunció que debido al aumento de caudales en Coca Codo Sinclair, se generaron nuevamente sedimentos, ocasionando apagones en varias zonas del país. Sin embargo, pasado el mediodía del 21 de junio, se informó que la central hidroeléctrica estaba operativa y se estaba restableciendo el suministro eléctrico.
Esta no es la primera vez que los sedimentos en Coca Codo Sinclair causan la interrupción del abastecimiento de energía. El 16 de junio, después de intensas lluvias que provocaron aluviones y afectaron vías y poblados, el ministro de Energía, Roberto Luque, explicó que las lluvias aumentaron los caudales y generaron altos niveles de sedimentos en la hidroeléctrica, que quedó fuera de operación desde las 07h00. Otras centrales eléctricas de Ecuador también se vieron afectadas por las precipitaciones. Una hora más tarde, lograron poner en marcha dos turbinas de Coca Codo Sinclair y se cancelaron los apagones.
Asimismo, el 22 de mayo se registró el mismo problema en la hidroeléctrica, construida por una empresa china. Según Luque, “un repentino aumento en los sedimentos de la captación de Coca Codo Sinclair obligó a cerrar las compuertas, dejando la central sin generar energía eléctrica”.
El proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair se creó en el gobierno del ex presidente Rafael Correa y se lo presentó como el “más grande de la historia del Ecuador”. La vida útil de la hidroeléctrica se estimó en 50 años, pero la doctora Carolina Bernal, docente investigadora de la Escuela Politécnica Nacional, que ha estudiado al Río Coca desde el 2004, habló con Infobae y explicó que la vida útil, en el mejor de los casos, será de 15 años.
Las preocupaciones sobre el estado del megaproyecto no son nuevas. En julio del 2022, un informe confidencial de la Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC EP) al que Infobae tuvo acceso revela que desde el 2012 la compañía china Sinohydro, encargada del proyecto hidroeléctrico Coca Codo Sinclair en Ecuador, ocultó que los distribuidores de turbina de la casa de máquinas de la Central tenían alrededor de 8.000 fisuras. Pero a las fisuras de la central también se agregan los problemas que genera la erosión regresiva del Río Coca, un fenómeno natural que según relató Bernal, a inicios de este mes: “En el caso particular del Río Coca al haber construido una hidroeléctrica sí que alteró dramáticamente el flujo o el tránsito de los sedimentos y el caudal líquido (el agua). La erosión se aceleró exponencialmente mientras que el fenómeno de la sedimentación, que es un fenómeno que jamás debía haber existido en una zona como esa, se disparó”.
En enero de 2024, dos científicas del Servicio Geológico de Estados Unidos (USGS) visitaron por segunda vez Ecuador para asesorar a las autoridades sobre el desastre natural de erosión regresiva que sucede en el Río Coca, situado en la Amazonía ecuatoriana, cuyas aguas permiten el funcionamiento de la Coca Codo Sinclair. Tanto el USGS como el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. (USACE) y otras agencias federales acompañan al gobierno ecuatoriano para encontrar estrategias que permitan gestionar los sedimentos y la erosión en la cuenca del Río Coca, especialmente tras el colapso de la cascada de San Rafael en febrero de 2020, que a raíz del fenómeno formó un arco natural, que un año más tarde, también colapsó.
Siete investigadores, de agencias federales estadounidenses y de la Corporación Eléctrica del Ecuador, publicaron en febrero de este año un artículo científico sobre lo que sucede en el Río Coca y concluyeron que: “El ajuste geomorfológico del río Coca representa un desastre natural altamente inusual que amenaza la vida (útil), la propiedad, la infraestructura principal y la seguridad energética, ya que compromete oleoductos y la instalación hidroeléctrica más grande de Ecuador”.
En entrevista con Infobae, Adriel McConnell, gerente de programas para recursos hídricos en América Latina del USACE, explicó que los investigadores y científicos estadounidenses han trabajado estrechamente con la Comisión del Río Coca desde 2020 para apoyar sus esfuerzos en la comprensión y control de la erosión: “Ellos tienen un papel principal y nosotros uno de apoyo, ayudando a dar orientación y asesoramiento mientras avanzan en la toma de decisiones para implementar proyectos de control de la erosión”, indicó. El acuerdo para servicios técnicos se suscribió por cinco años, pero McConnell indicó que este “durará tanto como sea necesario para alcanzar los objetivos de la Comisión del Río Coca”.
El gerente de proyectos del USACE explicó que aún no cuentan con una línea de tiempo que indique las posibles soluciones para contener el fenómeno y proteger la hidroeléctrica pues en este momento, los investigadores están en la fase de recolección de datos: “Tenemos grandes científicos investigando estos cronogramas tratando de formular una llegada temprana y una tardía; mucho de eso depende de las condiciones hidrológicas y de cuánta lluvia ocurra en la zona. Es un desafío muy novedoso y sin precedentes a nivel mundial”, aseguró.
Ese apoyo, según reconoció McConnell, es sumamente necesario para Ecuador pues el frente de erosión –es decir, la zona donde ocurre el fenómeno– es una amenaza significativa, y los esfuerzos de los científicos e investigadores se centran en evitar que mine la estructura de captación de la hidroeléctrica: “Nuestra teoría de trabajo no se centra tanto en el daño a la estructura en sí, sino en un socavamiento en la captación. Así que si el frente de erosión llega a la captación, socava más la estructura y no permite que el agua se desvíe hacia la infraestructura del túnel”, explicó.
La Coca Codo Sinclair no es una hidroeléctrica convencional, como aquellas que crean grandes embalses inundados. En lugar de eso, utiliza un túnel para que el río entre hasta un pequeño embalse desde donde cae alrededor de 200 metros hasta la casa de máquinas, donde se genera electricidad, y luego el agua sale. Al construir la captación, el canal de aproximación obliga al río a ingresar por el túnel y transporta consigo el sedimento que arrastra.
En este escenario, McConnell señaló que los esfuerzos se centran en el frente de erosión entre la captación y el lugar donde colapsó la cascada, la deposición de sedimentos aguas abajo y el monitoreo de sedimentos aguas arriba: “Estamos trabajando codo a codo para desarrollar un plan de monitoreo de sedimentos y luego desarrollar soluciones que puedan ayudar a mejorar la confiabilidad de la infraestructura”, aseguró.
Al ser consultado sobre el impacto de los sedimentos en la Coca Codo Sinclair y los apagones en Ecuador, el oficial estadounidense explicó que la sequía en la región, atribuida a El Niño, ha sido un factor más significativo en los desafíos energéticos de Ecuador que los problemas de sedimentación: “La falta de lluvia para recargar los embalses es más el desafío dominante que países, incluso fuera de Ecuador, han estado teniendo para la crisis energética”. Esta crisis está vinculada con el cambio climático, indicó McConnell: “No es nuestra opinión que el sedimento actual haya impactado los desafíos energéticos que enfrenta Ecuador en este momento; atribuiría eso más a los desafíos climáticos en la zona en los últimos 18 meses”.
Fuente: InfoBae